Haciendo trampas
Tenía ganas de que pusieras una mano en mi cintura
y con la otra me acariciaras la mejilla con el detenimiento
de un niño que degusta su caramelo favorito.
Quiero que me mires con pasos cortos.
Como pisando tierra.
Que arriesguemos distancias.
Que planchemos remordimientos.
Y luego... escapar.
Déjame ir
porque te chifla que te descoloque y te
seduzca...
aunque sea haciendo trampa.
Comentarios
Siempre hay que dejar escapar a quien se quiere ir, siempre.
esa manera de ser acariciada es muy mía...jajajaja
no siempre quien se escapa, se quiere ir. está bien recordarlo.
las tramposas tenemos a veces fantasmas oscuros que colorear.
Igual que creo que no significa no. Creo que quien quiere huir no quiere permanecer donde está.
guille: yo no estaba hablando de quien QUERÍA huir.. hablaba de que a veces hay personas que acaban escapando y... no es necesariamente porque quisieran. pero, supongo, que siempre es más fácil para el que se queda con cara de tonto.
Dejar marchar, a veces, es un acto de cobardía. de estupidez. otras, de amor. pero siempre... siempre duele.
me da igual que alguien diga que no, porque no me lo creo.