Arañando búnkeres
Tengo un cuaderno. Bueno... tengo muchos. Pero los uso de 1 en 1. Prefiero quedarme sin comida a quedarme sin papel. Me pasa desde que tengo 13 años. Mi abuelo murió. Y pensé en todo lo que piensan las niñas estúpidas. Mi familia me engañó y sentí que el mundo era un vaso de cristal resbalándose de unas manos. Se me quitaron las ganas de hablar. Me fui a Dublín. 3 años. Comía barritas de regaliz rojo. Y gastaba escaleras de lugares públicos. Aprendí que no puedes controlar el comportamiento ni las decisiones de otr@s. No podía evitar que me mintieran. ¿Qué sentido tenían entonces los tiempos verbales futuros? Ninguno! Sentí que me habían robado (algo), pero no había alguien a quién culpar... de quién vengarse. Algunos habrían creído que estaba deprimida. Pero no. Era sólo que algunos comportamientos dejaron de parecerme rentables. Me corté el pelo tan corto... que no necesitaba ni peinarme. Evitaba los espejos. Nunca me mo