la mujer que re-inventó Montauk

Dicen que desde la roca más alta del monte Ulía se avisaba a los pescadores de avistamientos de ballenas. Resulta que los tipos de mariquitas se cuentan por puntos. Tengo un morado en el brazo porque lOs enfermerOs tienen que saber más que nadie. sobre todo más que tú. Llevo un par de semanas con el cuerpo contracturado. ni pomadas ni pastillas. creo que mi cuerpo está cabreado. no me deja mirar a la derecha. Antes cuando algo era duro o agrio o pesado, escribía. No sé muy bien cómo. Sólo me sentaba y por el bolígrafo iba saliendo lo malo y me dejaba muy limpia. con el contador a cero. Ahora ya no. Se me han caducado las palabras o algo y ya no sé ordenarlas. Ahora canto a voz en grito y se me calla la cabeza. bien. Otras, escucho a Ricardo y me siento bastante balsa. bien también. A. dijo que no seríamos amigos, desapareció. Había dicho que nunca lo haría.   Pero eso ya lo he oído yo antes. Y el después lo he vivido también, igual por eso en vez de herida hay vacío. Se borró. Pero sig

Voy a cumplir 36, por segunda vez (ésta es la buena) No tengo trabajo ni salud, amor sí (algo) Odio el verano y el calor, la gente que habla sin saber y a los pánfilos. Echo de menos bailar, me hacía muy feliz. También a Atila y a mi cabeza antes del apocalipsis zombie. Me cabrea pensar que no voy a volver a conectar a nivel supracósmico con nadie nunca más. Quiero hacerme un tatu, mudarme a otra ciudad y aprender a tocar la batería. No sé cuánto se podrá hacer. Aquí estoy, otro año más.

La suavidad radical es, para Lora Mathis, la idea de que compartir nuestros sentimientos sin pedir disculpas es una herramienta política y una manera de combatir la idea social de que los sentimientos son una señal de debilidad.

Dice Sylvia que una piedra puede suplantar lo que fue un corazón... . Acabo de ir a la tienda y me he traído las cerezas a puñaos. Ada lleva todo el día robando hojas secas del patio, entusiasmadísima. Mis expectativas de primavera con sencillas: bañarme en el mar, volver a gastar ratos en las librerías de la ciudad, (quizá beber alguna cerveza muy fría), coger un tren, leer a Sylvia... Y comer frutas, que desde que levantaba un palmo del suelo es una de las cosas que más me gustan del mundo.

  No tengo deseos para mayo. Se supone que es un ejercicio de motivación pero yo no tengo deseos para mayo. Tengo en el frigo 1 calabacín y 2 manzanas. No me quedan huevos ni mangos ni nada que me apetezca comer. Debería hacer la compra. Pero no puedo. Me pone triste hacer la compra así que desde hace meses la hago online (tarde y mal) para que la traigan a casa. Así no tengo que ver el mostrador de la pescadería con todo su hielo tan frío y tan transparente ni la isla de la fruta con todos esos colores tan bien ordenados. No tengo que coger peras ni tomates, no tengo que olerlos ni tengo que sentir su textura en mis dedos. Porque es bonito y debería ser agradable pero a mí me pone triste. M. ha tenido un infarto y yo me he comprado una piedra.   Yo, una de las personas más racionales y empíricas que conozco me he comprado una piedra protectora porque he perdido completamente el rumbo. Voy a la deriva y a la deriva le da igual todo. Y querría hacer mil cosas o, mejor dicho, creo que d

Son las 23.08 y ya no llueve en mi casa. Ha sido un día duro y amarillo. Gusano Guillermo me saca de quicio. Hay días que camino tan al borde del abismo que. No he comido. Pero luego me he zampado un mango (esta semana estoy muy a tope con los mangos) He andado un largo camino y sin embargo el ayer y el hoy a veces están a un par de zancadas. Zancadas que son demasiado tentadoras cuando necesito ponerme delante y la culpa me pellizcar el culo. He aprendido a acostar a Ada. Nunca pensé que haría algo así (claro que nunca pensé que fuera a necesitarlo) Le guardo el juguete y le digo que es hora de dormir y ella se hace un rosquito hermoso en el sofá. Y hasta el día siguiente. Y esto, señores, es lo más cerca que estaré de la maternidad. Mañana tomaré una decisión. Y, sea lo que sea, será para bien, porque no creo en el arrepentimiento. (No todo iba a ser malo) . P.d. Al final Loli era el señor de cejas gigantes del 3°

Estoy triste. He tenido una tarde muy agradable y ahora estoy triste. No sé por qué. A veces no pasa nada por no saber las cosas. Hay muchas tristezas (o muchas maneras diferentes de estar triste) La de hoy no da miedo, es como un picapica o como un perrillo de esos feos que no tienen pelo y dan un poco de repelús pero aun así quieres verlos a salvo. Cuando me pongo triste así, escucho Song for Zula. Así recuerdo que no soy una medusa. Y que mañana probablemente todo parecerá mejor.

Estoy tercamente convencida de que cuando un hombre llora es porque ha hecho algo malo (y es consciente de ello) . No sé qué dice eso de los hombres (ni de mí) . He dormido exactamente 8 horas seguidas. Me encanta dormir del tirón. He soñado que mi padre y yo nos íbamos a Japón. Habíamos ganado un viaje en algún concurso o algo y estábamos haciendo los preparativos. Estaban tan feliz, sonriendo, que me he dicho que iba a ser el mejor viaje. Últimamente estoy teniendo sueños del estilo. No me había pasado nunca, pero desde hace unos meses sueño con aviones y billetes de tren y maletas y tranvías. En realidad sueño con preparativos, porque casi nunca aparece el final del trayecto. Como mucho llego a un aeropuerto gigante donde me pierdo y tengo que correr porque voy a perder mi viaje a muy muy lejos. Creo que es un mensaje de mi cuerpo, que quiere salir, que necesita saltar e irse. Y odio que mi cabeza con toda su puta racionalidad no me deje avanzar en esos sueños viajísticos como dicie

Tengo un fuego en la garganta, una bestia iracunda que lucha por salir y no puede, y quiero ayudarla a salir (o eso creo) pero no sé si cuando salga arrasará trigales o inundará hogares o peor aún: se quedará quieta. ¿Y si no grita? puede que no la oiga o peor, puede que no la entienda. Y si no la puedo atender, me sentiré muy pequeña ¿mejor que no salga?

Últimamente me siento muy animal. fiera enjaulada. fiera que sufre. Llevo casi un año y medio sin viajar.   Tengo dolores de cabeza con cierta frecuencia porque resulta ser que aprieto la mandíbula sin darme cuenta. Me pasa también con el diafragma y los puños.   Al parecer mi instinto natural es encogerme y ponerme en modo piedra. La fisio dice que la única manera de solucionar esto es tomando consciencia para trabajar y cambiarlo. (Es jodido de narices) Últimamente estoy muy pro-caravana. ¿Sabéis esas conversaciones que tiene la gente sobre qué harían si les tocara la lotería? Ahora yo también puedo tener esas conversaciones. Estoy preparada: quiero algo, válgame dios! Tengo un deseo muy grande de coger una furgo y camperizarla dando rienda suelta a mi creatividad, a toda la ilusión reprimida que me aprieta los ganglios linfáticos. Hacer la bolsa y pirarme por la costa sin agenda ni despertador.   Sola. Yo sola (conmigo) Conducir por carreteras secundarias con las ventanillas bajadas

He aprobado.  (Igual después de todo, la enfermedad no me ha quitado tanta capacidad como pensaba) Estoy contenta. Mucho. Ahora vivo los éxitos de forma muy diferente. Y los celebro: todos. Porque son estupendos. Me he comprado un pintalabios en tono Scarlet Red. Me resultan curiosos los nombres que les ponen a veces a los productos de maquillaje. He tocado el ukelele y he cantado con la boca muy abierta. más que cantar, rugir. Es la primera vez que me ha salido el Em en condiciones. Llevo dos días corriendo justo al levantarme.  Me gustaría seguir haciéndolo a diario. Estoy leyendo un libro de Maria Van Rysselberghe, que en mi mente era una señora con canas y pelo recogido a la que el corazón le palpitaba muy fuerte. Hoy comeré tortilla de patatas. Me gustan estos días, cotidianamente calmos.

Llevo casi una semana con migraña y vomitando. Hoy empieza a ceder. (Lo que no digo) Lo que sí digo: Estoy tumbada en la terraza de casa. El toldo a medio bajar porque no soporto mucho el sol. Tengo las piernas calentitas y sopla una brisilla muy agradable. El cielo está muy azul y suena una canción de Nosoträsh. Una chica me escribió el otro día porque acababa de descubrir a este grupo y estaba emocionada. A mí me recuerdan a una de las mejores épocas de mi vida. Yo estaba muy enamorada de un chico estupendo. (Los primeros amores son así, dicen. Aunque no era el primero para ninguno, pero a veces eso da igual.) Brota una lágrima. La dejo salir. Resbala hasta mi oreja. Es curioso cómo recordamos las cosas o cómo gestionamos esos recuerdos. Yo siempre he tenido más facilidad para recordar y digerir lo oscuro.   Me gustaba mucho aquella YO. Es fácil, cuando todo está casi sin estrenar.

Si Xoel no fuera persona, sería el mar. Escucharlo es como si yo fuera una sandía y él me pegara un mordisco y a pesar del dolor, gozara quedándome a contemplar cómo le resbala el jugo por la comisura. Parece que Xoel estuviera jodidamente atado a ti. Pero Xoel estaba antes, con otro nombre y sigue después, con otra paz. Y en cualquier caso lo que recuerdo es una época de mi vida que compartí con otro tú, un pellizco de tiempo que no lleva tu nombre porque la que mira soy yo. . Vivir huyendo empieza siempre como un mecanismos de supervivencia (y suele acabar en cárcel) . Mejor ensayar una nueva forma de estar en el mundo .