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Mostrando entradas de febrero, 2015

Reservar un metro cuadrado en el mar...

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Taxi libre, pero ocupada

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Tú no sabes lo que es volver a casa. Salir del ruido y que sólo suene música en la que señalábamos cuántos hijos tendríamos. Qué vas a saber tú de caminar con el corazón en forma de tacones. En la mano. Bajo la lluvia. Tú que vas a saber de calar si siempre desapareces a los doces golpes de semen contra mi pecho. Si te lavas las manos tras la tormenta. Ignorante. Tú no sabes lo que es volver a casa. Buscar un punto de apoyo sin recordar tu polla. Verlo todo en negro porque se corren los ojos antes que yo. Y dormir entre taquicardias. Como si el amor llamase a mi puerta para embargarme tu recuerdo. Contar pesadillas. Dormida. Y despertarme. Buscar entre aspirinas el remedio para curarme todas estas rozaduras que me ha dejado tu piel. Y anestesiarme. Marcar tu número de teléfono y aparecer en tu puerta. Porque tú no sabes lo que es volver a casa. Y yo, sólo, aprendo a dormir en la tuya.  (Irene X)

Vamos a vivir aventuras

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 Si tuviera 5 años cruzaría el patio corriendo ahora mismo sin siquiera haber acabado el bocadillo y te diría que te quiero,   que no sé por qué pero contigo el cole deja de ser un rollo aburrido de cuadrículas y horarios   y que tiene pinta de ser de esas cosas que no se acaban   y me gustaría decirte que de mayor quiero casarme contigo pero aunque me esfuerzo mucho por ser una niña como dios manda   (esto lo dice mi madre porque yo no sé quién es ese señor)   a mí no me gusta eso de l as bodas.   Yo lo que quiero es invitarte a mi casa de lona que ahora tengo en una habitación pero que en cuanto acabe el cole pienso llevarme al bosque donde voy a vivir hasta que se me ponga el pelo blanco comiendo cerezas y dando volteretas antes de dormir.   Si quieres venir, trae queso y una linterna. Yo llevaré libros y la navaja de mi abuelo.   Vamos a vivir aventuras!

Amores que no caben. Vedla si os atrevéis.

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So close but not near

Parece que estás. Pero es mentira. Te oigo. Pero no veo tu boca. Te pienso. Pero está todo a oscuras. Nos decimos te quiero. Pero es mentira. Algunos días me miro mucho las manos y acabo por convencerme de que se me están retorciendo los dedos como raíces que buscan sustento. Tienes la cabeza atravesada por líneas. Distancias que chisporrotean. He empezado a odiar calendarios. El tiempo tiene la culpa. Pero igual es mentira. Y es como cuando te pones a pensar en algo y sin querer te quedas dormido. Nunca puedes saber el momento exacto en el que. Y yo quiero sorber tu saliva y tu risa y tu polla. A ver si así. Y ya no sé qué es mentira.

Te aviso para que luego no.

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Yo prometo no acercarme. Mirarte de lejos. Fingir. Pero al acabar la fiesta. Te voy a coger por la corbata (o por el cinturón) y te voy a llevar al primer cuarto que vea vacío. Te voy a poner contra la puerta y te voy a desabrochar el pantalón. Me voy a poner en cuclillas y me voy a dejar el labial en tu polla. Quiero que sepas que me entretendré en mirarte de tanto en tanto para ponerme más cachonda. Y si quieres correrte, córrete. Y adiós. Y si no... hazme lo que quieras. Me dejo. Si me gusta... igual luego bailo contigo.

Y de fondo suena 'encadenados' de LBQ

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A veces hago ritmos con el teclado del ordenador. Los hombres trajeados se darían tortas por mi pulso. A veces me visto con labial rojo, camiseta y tacones (o con pies descalzos) y bailo frente al espejo. O me masturbo pensando que me follas contra la puerta de casa. Y el pelo siempre acaba revuelto y los dedos pringados. Y otras recuerdo tus dientes tangiendo pezones. Tu cabeza entre mis muslos. Ese ritmo que no tiene nombre. Que casi nadie conoce. Y me enfurezco pensando que ahora otra... Pienso en ese fuerte de sábanas que montabas para acariciarme y volverme esponja después de haberme hecho tocar cielo. Y echarnos unas risas de esas perfectas de anuncio. Pero con sonido. Pero con ganas. Pero de verdad.