Pinchazos del hombre chincheta
Y todo iba bien... pero empezó a ir mal.
Y es que por más que me empeñe en pintar de azul a mi príncipe, él se borra el color cada día.
Estuve vestida cinco horas... al final supe que no vendría a bailar conmigo
Y aun así, no fui capaz de quitarme el traje en toda la noche
(eso sí... esta mañana lo he hecho jirones y ha salido disparado por la ventana)
Y es que estoy harta de hablar, y de callarme también; y, sobre todo, de intentar cogerlo todo con imperdibles y pincharme una y otra vez.
Y es que por más que me empeñe en pintar de azul a mi príncipe, él se borra el color cada día.
Estuve vestida cinco horas... al final supe que no vendría a bailar conmigo
Y aun así, no fui capaz de quitarme el traje en toda la noche
(eso sí... esta mañana lo he hecho jirones y ha salido disparado por la ventana)
Y es que estoy harta de hablar, y de callarme también; y, sobre todo, de intentar cogerlo todo con imperdibles y pincharme una y otra vez.
Comentarios
anónimo: no me gustan los anónimos, pero te diré que no creo en los malentendidos ni me gustan mucho los príncipes... porque como están convencidos de que al final del cuento se casarán con la princesa... se pasan la vida sentados apolillándose... y si algo no sale bien, se escudan en su torpeza... pura cobardía, vamos... que en el siglo XXI las personas somos libres de pintarnos la vida de colores fluorescentes o llevar nuestro cuento personal por los derroteros que más ilusión o curiosidad nos den si nos sale de la barriga...