El otro día me preguntaron qué es lo que más echaba de menos. Yo dije bailar (porque es lo que más echo de menos del mundo) Luego especificaron: de estar con alguien. No tardé ni 3 segundos y mi boca ya estaba confesando: los besos. Todos los besos. Todos. Los. Putos. Besos. Desde esos primeros besos torpes, a trompicones, a tientas de cuando no te conoces... a los encuentros de lenguas, pasando por los ardientes, los ansiosos, los de despedida o los suaves acurrucados después de la explosión del cuerpo. Incluso esos pequeñitos, templados, tiernos que ocurren como si nada, de puntillas, en la convivencia cuando la cosa se afianza: esos que se posan en la mejilla o en la cabeza, o en el hombro… Lo bueno de los besos es que no tienen un espacio geográfico definido. Los puedes desparramar por donde quieras. Joder, besar y bailar me parecen dos buenos deseos para esta nueva década vital.
Comentarios
Somos así, qué se le va a hacer :-)
¡Qué ingenuos podemos llegar a ser!
Un besito y felices vacances
Luego está la carretera (en sigular). Pero la mayoría piensa que no se trata de más que una leyenda.
nalda: el auto-sabotaje debería considerarse un arma de destrucción masiva (y siempre he sabido que Roma no me gustaba). felices vacaciones a ti tb.
alex: yo creo que el poblema es que no tengo un gps que me avise de los radares ocultos que quieren ponerte la zancadilla... y soy demasiado vieja para creer en leyendas.
besitos de sobre de farmacia,