No creo en el amor eterno. Tampoco estoy segura de creer en el amor a secas. Por eso no creo en los contratos, ni en las promesas. No creo en el matrimonio. Por eso nunca me casaré... No me gusta eso de vestirse de tarta-merengue-gigante-con-miles-de-joyas-conperlas-ymaquillaje-hastaenlasorejas-tacones,ligasycosasazules-incluidas, no me gusta la idea de un banquete gigante para un montón de gente que ni siquiera sabe si tienes orgasmos, no me gustan los 'garrulismos' típicos del estilo de "que se besen los novios" (y demás vítores ridículos), no me gustan las fotos ni los regalos, no me gusta el 'recién casados' ni el 'viaje de novios'... no me gusta que un momento así tenga que ser vociferado, grande, maravilloso por obligación... Por eso nunca me casaré... Pero podría haber hecho una excepción... sólo para ver 'qué se siente'... en un 'donde' tan lejos que se nos olvidara hasta nuestro nombre... sin gente, ni fotos, sin comida, sin