Frutas y felicidad


 Dice mi madre que cuando yo era pequeña y ella tenía un día pesado, oscuro, de esos que la arrugaban, me pedía que le dijera algo bonito.
Y yo entonces empezaba a recitar frutas:
- Fresa, cereza, manzana.. melotocón!
Como si el universo entero me cupiera en la boca.
"Para que veas que con 3 años ya veías el mundo de una manera bastante curiosa. Y yo sabía que los reyes magos no me habían traído la hija que les había pedido.
Luego me empezó a dar miedo no entenderte. que no te entendieran los demás. Y empecé a cortarte trozos para que nadie lo notara.
Está claro que (por suerte) no lo hice muy bien. Aunque siento el dolor de las tijeras, tus cicatrices y la de risas y frutas que me perdí yo durante tanto tiempo"






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