Rompiendo las reglas sin querer

 
Esta mañana me he levantado con el ojo izquierdo llorando.
He tomado un vaso de agua fría y he salido a la terraza y he dejado que el sol se me pegara fuerte a la piel.
Toda la mañana.
Me he mirado las uñas de los pies y he visto que no daban asco.
Las uñas de mucha gente lo dan.
Luego me he untado aceite de sésamo por todo el cuerpo y he dejado que la alcachofa de la ducha me diera collejas durante como 20min.
No sé. A veces me pierdo contando.
He comido buckwheat noodles con brócoli con unos palillos muy chulos que alguien que no recuerdo me regalaría.
Lo he hecho con amor y me he atrevido a cocinar con tamari.
Compré una botella hace exactamente un año y nada.
Es curioso como a veces tardamos tanto en hacer cosas sencillas que (creemos que) queremos. Debe de haber algún fantasma estúpido que nos lo impide.
Ha sido mi aventura del día.
Cuando caía el sol me he puesto triste y me he masturbado con el ratón del ordenador.
Pero no ha funcionado.
Las paredes siguen pareciendo muy blancas.



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