Despertar III: el sol saldrá aunque no estés.
Emprendió un nuevo camino previsto en soledad. Y como siempre que. Ya se encarga la vida de. Apareció Alberto. Y hubo letras y viajes y carne. Hubo llaves y un sofá. Soles a deshoras. Y calor. Y Alberto hablaba de huir. Y Blanca enterró los miedos bajo el colchón. Y, sin darse cuenta, perdía una o dos sonrisas al día. Y... Alberto se fue. No por necesidad. No por felicidad. Se fue por miedo a no ser nada ante los ojos de otros. Puede que hasta de los suyos propios. O eso cree ella. Blanca no está segura de que vaya a volver. Y aún así, decidió confiar y creer en su boca. Y ahí está. Pero se siente pequeña y tiene siempre mucho frío. No sabe si encajará en el hueco que le han dejado. Y hoy, al mirarse sin ojos ajenos, sin expectativas, sin miedos al miedo... Sus días se han convertido en una espera entre vuelo y vuelo. La vida sigue -dicen. ¿De...