Como cuando miras la vida con unos prismáticos
Hay noches largas como chicles. Esos chicles infinitos de color rosa que anunciaba una especie de superhéroe embutido en mallas azules.
Dolor de hígado. Vértigo. Sudor.
Dar vueltas indefensa sin tener ni idea.
Por las noches las cosas malas crecen.
Se doblan... Triplican sus proporciones.
Lo que da miedo, lo que aún no ha pasado/llegado parece que está aquí mismo... como cuando miras la vida con unos prismáticos.
Apartar almohadas. Recolocarlas. Desordenarlas de nuevo.
Costilla izquierda. Derecha. Tetas al suelo. Ombligo asfixiado.
A veces me masturbo para relajarme.
Pero después de las 2:00 a.m. nunca funciona.
De madrugada soy como un disco duro borrado. Como un cachorro de plástico negro que no sabes para qué sirve.
Y me enfado. Porque no me importa no dormir si no estoy despierta.
Pero no soporto que me sobra una mitad de la cama.
Comentarios
besos.
pd. te dejo una taza de cafe caliente por mi rincon siempre que quieras...
desorden: el día la versión light dices? Que va...eso es porque no lo aprovechas bien...me alegro de tu no- limite de horario...nunca deberíamos masturbarnos para conseguir nada...
Verónica: me alegro.bienvenida.gracias. ^.^
darío: pues sí. todo crece. se hincha. ais... ;)
desorden: me parece aburrido desperdiciar la mitad del tiempo... no?? a mí me gusta disfrutar del sol, lo reconozco...mmm... (también de lo otro :P)