la mujer que re-inventó Montauk

 Es simplemente darse.  Darse por necesidad.  De ser uno.  (Uno, número)  De seducir al espíritu.  Darse por placer.  Me doy a l@s otr@s esperando sacar lo mejor de ell@s. ¿quién soy?  la generosidad de dejar ver al artista que esconden mis amantes.

  Tras los deseos satisfechos, siempre queda un mundo que discutir. (Ángeles Mastretta)

Aire. Sábanas blancas. Ventanas abiertas. Lluvia que golpea la barandilla. Aire que empuja. Silencio. Enredaderas calmas. Campos llanos. Atardeceres. Paseos de manos frías. Vacío de relojes. Aire que limpia. Redondearse las esquinas. La unicidad. La simplicidad. Que (se) desborda...

Cuando uno es pequeño es tradicional preguntarle qué quiere ser de mayor. En mi caso, resulta más interesante formularles la pregunta a mis padres: sus sucesivas respuestas dan la imagen exacta de lo que nunca quise ser. (Amélie Nothomb)

  10 un viento débil lleno de rostros doblados que recorto en forma de objetos que amar (a.p.)

querer quedarse queriendo irse  ... ¿luto sentimental?

Crujen las cartas que nunca te escribí. (J. Gelman. 2008)

 Entras en un mundo.  Y tarde o temprano  llega un momento  en el que,  o sales disparada  (aunque sea porque otros  piensan que ya no cabes  y sientas la puntera de su zapato  en el culo)  o te acaba faltando el aire... Tomar impulso. Si te inventas a ti misma, tú pones las normas.

Fue una relación difícil. Pero aprendí mucho sobre los límites. Me impliqué con toda mi desesperación. Toqué fondo. Estuve a punto de ahogarme. Pero siempre con la determinación de sobrevivir a cualquier precio. Quería que entre nosotros hubiera una conexión potente. Quería gustarle. Era doloroso. Porque, en cierta manera, yo sabía que era una mentira. Los sentimientos pasan. Quizá nos alejamos. Y nos volvimos a acercar. Quizá hubo incomprensión. Pero permanecimos.

 Mis días son una sucesión de acciones sin adjetivos,   un desfile de cosas que no son.  Una mirada vacía.  Vacía de presentes.  Un irse caducando.  Gerundio verbal como único movimiento.  Tesoros guardados en cajas, que no se abren.  Ni para ventilar.  Polillas en el corazón.  Zapatos que aprietan.  Sangre y tinta. Mordaza.  Naufragio callado. Invisible.  Baldosas robadas. Bofetadas.  Rizos de menos. Arrugas las justas.  Cerebro planchado y punto y final. Me entran urgencias. Y suavidades. Me pido pasar una noche con ella.

 No duermo. Ya nunca duermo.  Ni siquiera me hablo con la cama.  Montones de mantas y nada me abriga el frío.  Hace casi un mes que no sale el sol.  Me duelen las neuronas de rabia.  Los músculos, de pena.  Me metieron en la cárcel por error.  Es lo que dicen tod@s.  Pero en mi caso...  estoy convencida de que es más verdad.  Siempre pensé en comprarme un vestido  hasta los pies;  en que me regalaran alguna flor  (que yo dejaría secar);  en tomarme un cubata con algún desconocido;  en tirarme a un profesor (mío, claro);  en montar en metro sólo para llorar;  en hacerme con un coche  (sólo para el día que me hartara de mi jefe  despedirme dando un portazo  y tener algo con lo que huir bien lejos);  en ir a la India  (y quedarme... quedarme de verdad);  en cambiar de idea(s) mil veces, y luego...  mil más.  Pero nunca lo hice.  N...

El reloj de la pared está parado. Creo que se le han acabado las pilas. Me da igual. No voy a ponerlo en hora. Tú siempre sonríes. (Sí, lo sé. Pero me niego a conjugarte en pasado. No me da la gana. Habla la rebeldía hecha dolor) Recuerdo el regalo de reyes que nunca te di. Igual piensas que no había confianza. Puede que ni derecho. Sólo quería que te enamoraras. Que te enamoraras bien. Soy idiota.  Pienso que si pienso en ti... eres más. Estás. Pero no. Y la vida no se para por mucha fuerza que hagas. Y la gente sigue de botellón, estrenando coche o pintaúñas o zapatos de tacón. Es algo inevitable y, sin embargo... me parece un acto cruel. Estúpidos. Siento como si la gente se moviera rapidísimo, (como cuando le das al botón del vídeo para pasar los trozos que no te gustan) y a la vez, también es como si todo el mundo se hubiera parado  en seco.  Y me pincha el lagrimal. Y me cuesta respirar. Y, no sé por qué no...