Fisgoneando entre recuerdos ajenos
Sofía a veces se para frente al armario y se pierde.
Tiene un vestido relativamente nuevo
que ya no se pone.
No se lo pone porque cuando se acerca a
la percha el brazo
se le agarrota.
No se lo pone porque recordaría cosas
que no sabe si quiere recordar.
Que sin duda no debe recordar.
Como esa tarde de estreno con gafas
rojas.
Con una plaza y un banco y un montón
de hormigas entre el cuello y las rodillas.
Con un tipo y sus camisas hawaianas.
Con una cerveza y unas risas.
Con el roce de una mano que duró por
lo menos
3 días.
Comentarios
desorden: necesario y divertido, qué coño!
:P