Julio es un mes sin patas
Estoy sentada en un balcón y siento claustrofobia.
Miro los barrotes de la barandilla... y estoy presa. Presa de todo lo que no. Y presa de todo el verde. De esas mesas en las que no celebro nada. De todas las personas a las que no toco. No puedo abrazar. Ésa es mi patología.
Veo los escenarios a los que no me subo.
Veo las caricias que no siento; veo todos los sitios que no piso. No podré dejar mis huellas clavadas en ningún lado interesante. ¿Acaso no es cruel?
Veo a la gente que no veo, que no quiero ver.
Veo a la gente que veo y que, a veces, tampoco quiero ver.
Oigo los silencios de algunos... y me queman las palabras de todos.
(o casi todos)
Comentarios