huir por arriba

 

No tengo deseos para mayo.

Se supone que es un ejercicio de motivación pero yo no tengo deseos para mayo.

Tengo en el frigo 1 calabacín y 2 manzanas. No me quedan huevos ni mangos ni nada que me apetezca comer. Debería hacer la compra. Pero no puedo. Me pone triste hacer la compra así que desde hace meses la hago online (tarde y mal) para que la traigan a casa. Así no tengo que ver el mostrador de la pescadería con todo su hielo tan frío y tan transparente ni la isla de la fruta con todos esos colores tan bien ordenados. No tengo que coger peras ni tomates, no tengo que olerlos ni tengo que sentir su textura en mis dedos. Porque es bonito y debería ser agradable pero a mí me pone triste.


M. ha tenido un infarto y yo me he comprado una piedra. 

Yo, una de las personas más racionales y empíricas que conozco me he comprado una piedra protectora porque he perdido completamente el rumbo. Voy a la deriva y a la deriva le da igual todo.


Y querría hacer mil cosas o, mejor dicho, creo que debería hacer mil cosas pero lo único que hago es seguir respirando y sentir culpa. Culpa por la que fui y ya no puedo ser.  y ya no sé ser. por el espacio que no encuentro.

Culpa por la falta de control, por la fregona, por el futuro, por la ducha, por las latas de sardinas que no soy capaz de comer…




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