Ella se había sentado al otro extremo del sofá, pero él le iba ganando terreno con cualquier excusa. Empezó a ponerse nerviosa y a revolicarse la melena de lado a lado. Él aprovechó el desastre para retirarle el pelo de la cara... - ¿Qué miras? - El mundo - Estás muy cerca... Si me besas, voy a salir corriendo. Te aviso. - Shhhh... tranquila.