Echo de menos el invierno, la nieve, las farolas... el vaho en los cristales, los abanicos de par en par... la incertidumbre.. que me aprieten bailando. Echo de menos consumir toda la barra de energía... no mentirte..., estar con gente idiota y que no me importe, conocer a un soldado, uno de verdad, que haya visto a compañeros en trozos de 4. Echo de menos seguir buscando a Sara en cada melena... o a un tal Andrés al que nunca llegué a abrazar... recuperar boletos segundones. Blanco sobre blanco. Y lo que me jode es no tener a ningún tío al que admirar. Ni siquiera a alguno que ya me haya tirado. Podría follar casi con cualquiera. ¿No debería ser suficiente? Parece que no basta. Las tías evolucionan conforme añaden velas a la tarta... y yo... ¿qué coño hago yo? Estoy harta de masturbarme como un ventilador. Digan lo que digan, los vibradores son el fracaso de las relaciones humanas... Y lo demás, no es más que feminismo barato.