Casilla en blanco


 ¿Blanca?
Entra todos los días con una media sonrisa y se sienta en el lugar estratégico para poder mirarme sin que yo la mire.
¿Carmen?  ...   ¿Esther?
Siempre lleva su melena suelta. A veces se me ocurre que es tan lista y tan perversa que lo hace a propósito para volverme loca.
¿Elena?   ...   ¿María?
Me asomo por el rabillo del ojo y veo el brillo de su horquilla roja... lo demás desluce, se apaga, desaparece...
¿Laura?   ...   ¿Sara?
(No. Otra Sara no.)
Con sus manos blancas y esas uñas de neón.
Me mira, lo sé y quiero que lo sepa. La miro. Y no me aguanta. Y se pierde.
Y no sabe que yo me pierdo más que ella.
Me pierdo en mis miedos, en mis dudas, en recuerdos, en mi cobardía, entre los dedos de mi mano, en mi boca (al nombrarla sin letras), en mis ojos cerrados que pintan mis labios tiritando contra los suyos.
Y me desespero... tic-tac, tic-tac.. se me acaba el tiempo de nuevo.
¿Begusa-profesional o begusa-miedica?
No falto ningún día. Y siempre que puedo llevo vestido.
Siempre lo hago cuando se despierta la medusa.


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