Aterrizaje forzoso

Begusa se vistió de heroína y fue rescatar a un príncipe desvalido
que no se sentía cómodo con el rol que la sociedad le imponía,
pero cuando llegó y llamó al timbre...
el príncipe ya estaba de parranda en otro cuento diferente.

Begusa, tonta de ella, se sentó en una piedra del camino
a intentar ver en qué momento se le escapó el cuento de las manos...
y quería darle un capón al príncipe, gritarle su enfado,
quería entender por qué iba de culo
quería romper algún plato y mudarse de dirección;
quería decirle
que ya no iba a estar para él
nunca más
que ya no habría: sí, claro, bien, por supuesto....
que iría a encenderse con otr@S,
que era un puto miedica;
quería escribir el mejor de los cuentos:
uno donde al príncipe le tocara quedar de gilipollas
pero de todas las cosas que podía haber hecho...
sólo acertó a llorar*
y pasó un día
y pasaron dos
y una semana
y begusa empezó a dejar de contar


*(al contrario de lo que pasa en las historias buenas
la lluvia no la acompañó ni le corrió el rímel)

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