Esa forma de besar tan pecaminosa
esas tardes de algodón
tú me cogías por la cintura
entre bosques de acuarelas
despertando nuevos sentidos
tu piel fue música
la música estaba en cada lunar de mi piel
nos llovió fuego del cielo
inventábamos besos
con la punta de las pestañas
nos abríamos el cuerpo
con diminutos soplidos
apagábamos las llamas
con gritos perdidos...
Comentarios