me agarro a la rabia para escapar del naufragio



Todo va a salir bien. Todo va a salir bien. Todo va a salir bien.
Lo repito en bucle una y otra vez. En voz alta como se dicen las cosas importantes. En voz alta, cuando las cosas se vuelven verdad.

El otro día tuve un orgasmo durmiendo la siesta. Hacía tanto que no.

Una vez estuve con un tipo que me leía por las noches antes de dormir. A veces también le leía yo.

Tenía algunas cosas buenas. Pero yo sólo recuerdo sus dientes y algún trozo de su dignidad.
Puede que nunca haya estado tan cerca de mí misma como cuando estaba con él.


Últimamente miro mucho a Atila. Durmiendo. Jugando. Tomando el sol. También lo miro a veces cuando me mira. Me mira mucho. He leído en algún sitio que eso es amor en lenguaje perruno. Mirar fijamente. Es uno de los mejores sedantes que hay, os lo prometo. Se para el tiempo y el ruido cuando me mira así.

Siento una fuerza muy potente y nueva (quizá absurda) dentro. Brotando que es gerundio. Es un imán, una voz que me lleva a sitios concretos. Algunos tangibles y otros no.

Mañana empieza una nueva etapa. Aún tengo tareas pendientes y puertas por cerrar y adioses que decir. Adioses que llevarán a una nueva etapa. La etapa que necesito desde hace mucho y que quiero emprender desde ya.

La rabia es lo único que parece salvarme últimamente.

¿Y a ti? ¿qué te salva a ti?





puede que no seas el compañero que necesito quiero a mi lado
(qué locura 
y qué dolor)




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