Pasar la vida huyendo...
Los días sin horas ni horario.
Los espacios que nunca son tuyos.
Secuestro solar.
Los pies presos.
La nariz declarada culpable.
Condena: arresto corporal.
Bombardeo indiscriminado sin derecho de reclamación.
* * * * * * * *
Las horas que casi no vivo y nadie ve.
Los espacios que nunca son míos.
Secuestran al sol. No puedo verlo.
Tampoco puedo salir a buscarlo.
Si pudiera arrancarme la nariz como jugaba mi padre a hacerme creer cuando era niña...
Encerrada en casa.
Alerta. Siempre alerta.
Acosada por tendederos y fregonas asesinas. De gente muchas veces ignorante, casi siempre cruel.
Sin papel al que agarrarme.
Sin dinero con el que comprarme libertad.
La salud sí tiene precio. Y yo no lo puedo pagar.
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