Yo. O. No yo.


 A veces me pregunto quién soy.
Y si lo que me define depende de algo ajeno.
Si SOY lo que soy por resto a quien no soy.
O por contraposición a ellos.
A los que deciden el tamaño de la cuadrícula.
A los que aprietan con sus manos mi cuello.
Mi cuello inocente y salvaje.
Mi cuello, valiente y coñudo. (Bien que les joda)
Libre de trampas y cuentas.
De caries y cinismo.
Mi cuello lleno de verdades que no se atreven a mirar a la cara.
La conciencia, tranquila, no siempre abriga en invierno.
Pero llena el pulmón y vacía la mano para poder agarrar tierra o pan o nada. Puede que hasta a aquel con quien robarle noches y cosquillas a la vida.




Comentarios

Darío ha dicho que…
Sería bueno no terminar de preguntarnos nunca quiénes somos, porque siempre somos otros... Un abrazo.

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