señora... es una niña!
Mi madre de pequeña quería llevarme al psicólogo. No me gustaban los vestidos, me daba alergia el color rosa, odiaba a las princesas... Me flipaba tocar la tierra, comer con las manos, hablaba sola delante del espejo, me revolcaba por el patio hasta llenarme los rizos de arena. Me tocaba los pies antes de ir a dormir, canturreaba por el pasillo, pasaba horas dando saltos y volteretas en la cama... A veces me ponía de puntillas con una servilleta anudada al cuello. Sentía un placer (culpable) al soplar por la pajita y hacer burbujas de cola-cao... pero así el desayuno sabía más. y mejor. Me quitaba los zapatos en cuanto podía (nunca entendía eso de llevar embargados los pies) y me daba igual si estaba en casa ajena o en la consulta del médico. No lloraba nunca. Aunque muriera alguien... o me pincharan. Apretaba fuerte los dientes y pensaba: 'es sólo un momento... acaba ya mismo'. Daba besos a todo el...