Alberto ha sido profesor toda su vida... y ahora que está jubilado se pierde entre tantas horas como tiene el día. Siente que lo han metido (sin preguntarle) en esa caja que reza "3ª edad" y, de repente, es invisible para el mundo. Alberto desayuna un zumo de naranja cada día porque su madre le dijo de pequeño 'más vale prevenir que curar' y Alberto no es ha resfriado en la vida. Por las tardes va a correr al parque del barrio. Lo que más le gusta es volver a casa ya de noche, con todas las luces de las calles puestas y cruzarse con esa vecina del ático que lleva los labios tan rojos como su difunta. A veces, cuando comparten ascensor, siente el impulso de acorralarla contra la pared y besarla sin siquiera preguntar. Pero es cobardica y demasiado educado, así que dice: buenas noches y mira al ...