Keep walking, babe

A veces cuando estoy nerviosa me toco el pelo para sentirme segura, o sólo porque me gusta y así no pienso en que estoy nerviosa.
me gusta andar descalza por casa porque me siento como más viva, más de verdad.
me cuesta dormir con pantalones porque me siento presa por un delito que no cometí... y pudiendo elegir: prefiero el roce de mis muslos contra la fría sábana.
nací a mediodía... igual por eso desayuno como un pajarito y ceno como una leona; igual por eso también soy, como dice mi madre, ancha de caderas.
cuando una persona que me importa me hace daño, me resulta más fácil huir que hablar.
soy la mujer enigma porque no me enseñaron a compartir y porque los ojos ajenos me pinchan casi siempre.
no me gustan los vasos, prefiero beber en taza o en jarra... cualquier cosa con asa que me permita usar la fuerza a media tarde.
a veces digo tonterías para darme un respiro.
siento una atracción fatal por masturbarme en lugares nuevos... y hasta que no les doy mi 'bautismo' particular no soy capaz de sentirme cómoda en ellos.
nunca lloro en la cama.
la cama es, para mí, un lugar sagrado. tanto que, a veces, no me permito ni la oportunidad de errar... porque pienso que el sexo es demasiado importante para ser mediocre... por eso nunca meto un tío en mi cama... si follamos en su terreno... es su cama la que se queda con las (posibles) derrotas... porque así es como veo el sexo: como una batalla... y me pone algo triste... porque follar no es sólo vencer al otro en orgasmos (o no siempre debería ser así)
Igual por eso se me escapan las relaciones. porque no soy capaz de arriesgar, de ser sincera hasta el final del túnel. de decir verdades con el coño. porque me da miedo llegar al límite.