Cenefas que te salvan
A veces me irrita el pájaro y repía. Bicho impío. Me sobra la gente que no quiero. Y a ratos la que quiero también. Y soy tan mala gente. Que al final me sobro hasta yo. Y el espacio se reduce. El aire vicioso y usado, que pesa, ahoga y no deja salir. Aire carcelero. Encogida y afónica. Muda. Invisible. Y si soy invisible. No tengo nada. Y nada pierdo. Así que me escapo y huyo... a ver si así siento frío o valor o ganas de volver. Las gotas de agua en la piel... como pequeños milagros.