El miércoles por la noche mi hermano me regaló el último libro de Paula y claro, me lo tuve que comer a besos. Y recordé la sorpresa que me llevé cuando un casi-desconocido me regaló el primero, un mes de diciembre, diciendo: yo estoy muy loco, pero... esto es para ti. Y me dejó boquiabierta, sin palabras y coloradísima. Tuve que huir, claro está. Ayer, cené en una cervecería a la que no entraba desde enero. Iba con la persona que me descubrió el sitio y...como esa persona ya no está... pues yo no iba. Y ayer fui. Y fue raro. Y me acordé de servilletas dibujadas y besos de sopetón y setas. Y sobre todo, de risas y distancias que no. Y me sentí un poco triste. Y también me dio indigestión. Y más o menos como dice la canción a las 5 de la mañana me desperté y estuve un rato sentada en el sofá, en bragas y rizos, y con cara de flan, mirando no sé muy bien dónde y pensando en no sé muy bien qué como si se hubiera hundido mi barco o mi ...