Crónica de un tren en marcha




Cuando muera, piensa Begusa, en mi lápida pondrán: No se detuvo ante nada ni nadie. Ni ante el absurdo, ni ante el hueco que se abre entre las cosas que queremos y las razones imprecisas por las que las queremos, ni ante la frustración provocada por todos los fracasos anteriores, ni ante la opinión de l@s demás, ni siquiera ante la propia opinión, a menudo la más rigurosa, y no se detuvo, por fin, ante la imprecisión de sus propios objetivos. En suma, Begusa no se detuvo.
(Por supuesto, será una lápida muy grande)

Comentarios

Rubén ha dicho que…
a veces el tren no tiene por qué detenerse.
podemos no tener fuerzas para parar un tren...
pero y si corro tanto que lo cojo en marcha?
tengo deportivas nuevas (en realidad estaban al fondo del armario) y estoy en posición de "list@s"...
ya!
princesadehojalata ha dicho que…
Los trenes sólo pasan
cuando no se los espera, y nos sorprenden:
hay que agarrarse a los trenes con las uñas
cuando pasan por delante,
aunque te den la espalda,
hay que montarse en marcha
porque los trenes no paran,
eres tú el que estás parado
con la maleta cerrada-

LEOPOLDO ALAS

(Tú hasta te has convertido en tren, así que no hay peligro de que se te escape)
dEsoRdeN ha dicho que…
Con un cuerpo de letra pequeñito te ahorrarás en mármol, que va muy caro...

Entradas populares de este blog

La cuestión no es querer o no querer, la cuestión es cómo hacerlo

Definiciones en diccionarios triangulares

Ulía