Cállame los miedos a bocaos

Ese silencio... sí, era eso que se llama silencio... un nombre que jamás estuvo aquí, eso no tenía nombre... pero ahora vuelve... una forma que se dibuja vagamente... con ese nombre se presenta: Silencio... Una desaparecida casi olvidada que vuelve a su hogar desde países lejanos, que muestra el documento de identidad que le fue expedido allá, en el extranjero, con su nombre escrito: Silencio.

Silencio... Qué otro nombre podía darse a esta perfecta ausencia de palabras intercambiadas entre dos personas solas una frente a otra, qué se podía decir al observarlas sino que "guardan silencio". Y hay que reconocer que de todas las clases tan numerosas, tan diferentes de silencio... no terminaríamos nunca si nos pusiéramos a buscarlas... ésta es una de las que tienen bastante mala reputación.

Cuando las dos personas que se callan dan la impresión de conocerse íntimamente, y desde largo tiempo, y entre ellas ese silencio se prolonga, a menudo transmite a las de afuera que se detienen, se demoran en ello, una sensación de lejanía, de lasitud, de monotonía, de "soledad de dos", que sabemos puede ser aún más penosa que la otra...


Y Nathalie siguió pensando...

Comentarios

dEsoRdeN ha dicho que…
La foto es chulísima, y además ilustra muy bien el silencio.
mordiscos

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