agosto



Ya tengo 34.
El último año ha valido por 4.
Ha habido tormentas (algún diluvio universal) y sábanas limpias sobre las que tumbarse a descansar.
He aprendido a estar sola. a disfrutarlo con alegría.
También a abrir los brazos para que vengan l@s demás (bueno, esto aún está en perfeccionamiento)
Me he quitado callos, miedos, traumas y mochilas.
He aceptado que no puedes obligar a la gente a quererte (ni a ser mejores personas)
He aprendido a aceptar palabras bonitas. a no matarlas.
También he llorado mi cuerpo. y todas las heridas.
Y me he dado cuenta de que I. tiene razón: soy una tía muy sensorial. 
Y lejos de etiquetarlo como desventaja, he decidido explorar ese terreno: abandonando corsés racionales y dejando sitio a la intuición. dando poder a la pantera.
Aún no sé lo que quiero ser de mayor. Ya lo descubriré por el camino.
Me espera un año de exploradora muy interesante.
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