Directrices


 Cuando era pequeña hacía competiciones de pies con mi hermano.
Siempre ganaba yo.
Hacíamos carreras por el pasillo de casa. Dábamos volteretas en la cama.
Jugábamos al fútbol con una de esas pelotas de plástico blandito de colores vivos con pentágonos negros (que parecen pintados a boli negro de esos gorditos).
Me encantaba esa edad en la que l@s demás (demás que compartían estatura conmigo) no me miraban como a una chica.
No sé cómo me miraban, pero no sentía que hubiera diferencia entre ell@s y yo.
Luego vas creciendo y los niños toman distancia y empiezan a tratarte diferente.
Nunca he llevado eso muy bien. No entendía qué había cambiado. Sigo sin saberlo.
Es verdad que me crecieron dos montículos cerca del esternón... pero... a ellos le salían pelos por todos lados y yo no veía el problema!!
(A veces me da por pensar que igual tenían miedo de que lo de las tetas fuera contagioso...)

Comentarios

hiro ha dicho que…
Yo tampoco he llevado bien ese cambio. Me gustaba no sentir esa diferencia... Definitivamente las culpables fueron las tetas.

La canción de Rosenvinge, preciosa!
Darío ha dicho que…
Es injusto que con el tiempo vayamos perdiendo ciertas sensibilidades y adoptemos algunas perversiones... UN abrazo.
begusa ha dicho que…

hiro: verdad??... creo que esa diferencia la pagamos las chicas. ea. (rosenvinge en sí ya es preciosa ^^)

darío: necedades diría yo ¬¬ (sabes? eso que se pierden. eso que os perdéis*)
*igual tú no ;)

dEsoRdeN ha dicho que…
supongo que, a según qué edades, las tetas resultan amenazantes: que te apunten es incómodo, no sabes cómo manipularlas...
begusa ha dicho que…

desorden: pues no te digo cuando te apuntan otras cosas... eso sí que da terror ¬¬
(iba a decir que, a según qué edades, pero... lo cierto es que a según qué otras... también..jajaja)
dEsoRdeN ha dicho que…
Mmm... ya me imagino. Al menos las tetas no tienen capacidad perforatoria, y supongo que eso les acaba restando el poder intimidatorio de esas según qué otras cosas...

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