cuidado con el fuego que enciendes



El martes hice mi primera tarta de santiago. Ha salido mitad africana mitad gallega, pero está muy rica.
También acabé 'killing Eve' después de más de 6 meses. me supo a triunfo, aunque no sé bien por qué.
Este otoño parece encabezonado en sacarme de mi zona de comfort. y en vez de seguir luchando a la contra, he decidido jugar con él a ver quién la tiene más grande.
A ver cómo acaba el partido el domingo.
Mi móvil lleva muriéndose desde principios de año. Soy una mujer cruel que mira impasiva la agonía de su bicho. Siempre he vivido de tecnología desechada por otros (y así no tengo cargo de conciencia por gastar lo que considero que son cantidades desproporcionadas de dinero en aparatos con los que no me llevo bien)
Mi cuerpo hace señales S.O.S. a todo volumen para que me lo lleve. 'lejos, sólo lejos'-dice.
Quiere silencio, aire y verde, mucho verde.
Quiere viajar solo.
(Bueno, quiere viajar con un sujeto impersonal, pero ante ausencias... soluciones de emergencia)
Creo que tiene derecho a reclamar espacio y voz.
Llevo 4 días soñando con D. Creo que mi cuerpo quiere (necesita?) perdonar, soltar. Pero mi mente se agarra a la huella del dolor como una hiena.
Y mientras kilómetros, tetas y links.
Estoy cansada de este ejercicio de contención y de espera continua.
Quiero dejar espacio libre en los pulmones.
Habitar nuevos espacios.






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