Los puentes de Madison, vómitos, viajes en moto y el puto chico más guapo del instituto
Cuando tenía unos 14 años, haciendo un ejercicio en clase de inglés, mi compañero de equipo de 2 respondió que su película favorita era Los puentes de Madison.
Yo no había visto la película, pero conocía el nombre y sabía que era (para mi yo de entonces) una peli ‘pastelosa’
No me creí por un segundo su respuesta.
Éramos los únicos que sabíamos hablar inglés en clase.
Él dijo: it’s my mom’s fav.
Luego dijo algo de que ella había muerto o estaba muy enferma, creo.
Lo dijo tan… calmado, tan serio, tan ausente, tan como si no estuviera pasando nada de nada… que dudé si era cierto.
No pregunté. No dije ni una puta palabra.
Y ahora pienso… ¿qué clase de persona era con 14 años?
Me pasé medio instituto enamorada de él.
Aun cuando nos separaron, le seguía la pista.
Me alegraba de que las cosas le fueran bien.
Era moreno y tenía el pelo rizado y unos ojos color chocolate intenso. No recuerdo casi su cara.
Pero recuerdo sus neuronas haciendo chispa con las mías. Se nos daba muy bien.
No he vuelto a tener buenas discusiones ni a ironizar así con nadie. Nos vacilábamos de fábula.
Una vez me vio vomitar y me cogió el pelo. Luego me llevó a casa en moto.
Nunca me he agarrado con tal fiereza y suavidad al cuerpo de alguien.
P.D.: Hoy, por fin, la película.
Y un hombre llora. Lo nunca visto. El mundo se ha vuelto loco.
P.D. 2: Yo también he llorado (creo que no sólo por la película)
Comentarios