Osteocitos y dolores




Hoy ha sido lunes.
Me lo digo para no perder la cuenta de los días.
Me lo digo así, en pretérito para ver si acaba antes.
Ahora el tiempo corre a otra velocidad supongo.
He hecho cosas, nada necesario o de provecho.
Ha llovido.mucho.
He paseado por las calles frías sola.
Una niña de ojos azules y abrigo color chicle me ha estado mirando intensamente una calle entera. Habrá olido mi tristeza, ¿pueden los niños hacer eso?
.
Cuando estaba en la sala de espera de repente ha venido el tsunami y he huido al escondite más seguro para deshacerme discretamente. Mientras pensaba en lo frágil que me siento últimamente, he escuchado al chico que estaba en la consulta de psicología que parece ser que han montado en la habitación que estaba en desuso. El chico estaba muy agobiado porque estaba convencido de que todos se reían de él: sus amigos y su familia también. Al principio he pensado 'vaya tontería', pero luego he imaginado lo jodido que tiene que ser sentir eso, como una sombra que te persigue y de la que no te puedes librar por más que intentes racionalizar, cosa que seguro que este chico se esfuerza por conseguir.
Todos cargamos bestias.
A. dice que lo de mi dedo es un osteocito, que tengo que moverlo aunque duela, moldearlo como si fuera arcilla. y ponerlo al sol. al parecer la vitamina D mandará algún tipo de mensaje al osteocito para que se recoloque y se absorba y deje de doler.
Ojalá todo dolor fuera así de fácil de colocar.








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