I'm losing my favourite game

He pasado de los veintipocos a los veintipico; he descubierto cómo huele un jabón de pelusas; mis tetas han vuelto a aprobar su examen (thank god for that); le he comido los morros al snorkel y he conseguido que nuestra relación sea más... distendida; he dejado gritos, risas y saltos en los escenarios del 'low cost'; he empezado windsurf... y mi rodilla, su huevo y yo... ya hemos acabado; he leído 'la mécanique du coeur', 'verás el cielo abierto', 'l'amour dure trois ans', 'de igualdad y diferencias: 10 estudios de género', 'el libro de los abrazos' y el famoso 'el guardián entre el centeno' en un tiempo record (es lo que tiene la ansiedad); empiezo a sospechar que el (que fuera) amor de mi vida se ha convertido en un déspota; p no me sopló las velas... y, aunque lo sabía de antemano, debo reconocer que me dio rabia (y algo de penilla... pero sólo algo); ya me he instalado en mi nueva casa y en una semana empezaré una andadura en solitario (y a veces me tiembla el estómago como un flan); se me han acabado los condones y creo que voy a tardar bastante en volver a comprar (y esto es algo negativo en más de un sentido); ha llegado a ese momento en mi vida (como supongo que en el de muchas otras) en que te das cuenta de que el maravilloso y perfecto príncipe azul siempre acaba destiñendo y convirtiéndose con el tiempo en el dichoso príncipe azul de los huevos... y entonces piensas que quizá el quid de la cuestión esté en encontrar a alguien con quien (hasta) aburrirse sea divertido... pero debes saber que yo no me voy a conformar con tu 'pretend that you love me'... porque soy demasiado auténtica (o estúpida) como para mentirme a mí misma... o quizá es que te quiero demasiado... en cualquier caso, se me ocurre eso de que el tiempo lo cura todo... y como dice la canción: que si tú no me quieres, otros muchos me querrán...