Dandelions everywhere

Un hilo mal tensado. Te escucho por el bote de un yogur de arándanos y hablo con mis pies. No puedo evitar sentirme un poco de color verde. La simplicidad me produce repulsión. Un guerrero de Xian aparece ante mí. Su armadura me da envidia. Echo de menos el valor. Echo de menos el piano. Esas manos efusivas, febriles, impetuosas. Echo de menos las teclas que se me pegaban con rabia a los dedos. Un recelo deslucido a que se me aparezcan en sueños bailando reggaeton como venganza. Una venganza que me pisa los talones y la conciencia... o la garganta. Una venganza que busca olor a orgullo rancio. Y vuelvo a cerrar la puerta y los ojos y ya no soy capaz de ver más que dandelions everywhere.