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Mostrando entradas de julio, 2013

Qué esperan algunos de una?

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A veces me enfado. O no. Es más bien que me siento pequeña cuando espero y no llegas. Y entonces no cocino. Me dejo el ombligo al aire y me voy a correr. Como si abarcando calles me importaras menos. Como si pudiera huir de mí misma. Pero me persiguen los pies y el pensamiento. Y al final sólo me pago con sudor. Que.. bueno es, pero... ¿y los puñetazos que no doy? ¿caducan como los puntos del móvil?

A deshoras

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Ha sido así desde mi infancia. Cuando no entiendo algo, recojo, una tras otra, las palabras esparcidas a mis pies y las conformo en frases. Si no funciona, vuelvo a mezclar las palabras y las ordeno otra vez dándoles una forma distinta. Tras repetir varias veces el mismo proceso, al fin soy capaz de pensar como el resto de los mortales. Escribir jamás me ha parecido duro o pesado. Igual que otros niños recogían hermosas piedras o bellotas, yo escribía con entusiasmo. Tomaba papel y lápiz y, con la misma naturalidad con la que respiraba, escribía una frase tras otra. Y pensaba. (H. murakami)

Estirar el verbo acariciar a ver cuánto da de sí

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 A veces el baño se convierte en un burdel... y la ducha, por mucho que gires el grifo a la derecha, no calma.  Me sale humo de la piel cuando cierro los ojos y de repente estás aquí, a 2cm de mis...  Y (sólo) siento ganas de rozarte el perfil con la yema del índice izquierdo.  A pasos cortos.  Besarte a tientas y con ternura.  Esperando que te guste (aunque sin poner énfasis en la necesidad)  Trepar a tu oído y susurrarte que me aprietes contra ti.  Gemir a contrapié.  Dejarme abarcar por tus manos.  (Fin del horario infantil)  Barrerte los labios a golpe de mordisco.  Descubrirte hombros y ombligo.  Derrarmarme hasta el elástico de tu ropa interior.  Y salvarlo. Escuchar cómo se para tu respiración.  Estirar el verbo acariciar a ver cuánto da de sí.

oportunidades que te rozan la nariz

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 Hay gente que se enamora de presentimientos.  A partir de un dato absurdo construye personalidades tan redondas que cualquiera tomaría por ciertas.  Entonces, antes de tiempo, se enamoran de un invento.  Y le dan vueltas y vueltas como en un tiovivo acelerado.  Como cuando dices mucho una palabra y acaba por no tener sentido.  Para algunas... ellos son como polos de hielo... y quieren absorber todo el sabor rápido para sentir esas cosquillas entre los ojos, en el cerebro...  Aunque después no soporten la insipidez  tiren. vayan al kiosko  y repitan.  Hay gente que necesita de pequeños momentos de intensidad superlativa para ser feliz.  Pero a algunas les da tanta pena el vacío (post-...)  que se quedan petrificadas ante las oportunidades que les rozan la nariz.  No hay forma más estúpida de pasar por la vida.

Habíamos quedado en no enamorarnos

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 Habíamos quedado en no enamorarnos  ¿Qué hemos hecho mal? ...

Dar tiempo

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 Le gustan los libros que tienen párrafos como piezas de tetris mal encajadas.  Le gustan los espacios.  Dan tiempo a los ojos...  y al estómago.

Chica triste nivel II

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El único desencuentro vendría con los chicos. Porque no me dejarían besar a otra chica frágil. No les gustaría a los hombres. Y el mundo está hecho para ellos. Tendría que conformarme con hombres demasiado inteligentes y taciturnos. Llenos de traumas y con sed de venganza. Desgarbados y mal vestidos: de ésos que escriben poesías con pluma o novelas con máquina de escribir (porque se creen auténticos), pero no se manejan bien bajo las sábanas. Las chicas tristes están condenadas a no mojas las bragas.

Estribillos de canciones que todavía no existen

 Odio los lunes que no se van.  Odio que se me salgan cucarachas en la boca.  Y odio tener agujetas.  Pero si alrededor hay canciones como ésta...

El mundo está lleno de chicas que tocan a Bach

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 Mañana lloverá porque un oso polar se ha comido las estrellas.

Uñas y jabón

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 Ella pensó en él unas 25 veces.  2 estuvo a punto de enviar un mensaje.  1 a punto de llamar.  0 a punto de cualquier cosa real.  Pensar no le daba miedo.  Al fin y al cabo sus traiciones eran verdad  sólo dentro de su cabeza.  No se podía quemar.  Se mareaba en los tiovivos.  Y no se quedaba satisfecha con ningún bikini.  No se atrevía a decir: ¡me has revolucionado!  porque ni siquiera sabía si era verdad.  Ése era su problema.  Necesitaba que l@s demás pusieran nombre  hasta a sus ausencias.  Y eso le dejaba poco margen de maniobra.  Pensaba que no sabía contagiarlos nunca  con sus ganas.  Porque ella siempre se veía lejos.  Aunque estuviera a seis pasos.  A veces hasta sentía el borde del anillo  en su anular.  Y estiraba los dedos como en las películas aburridas  para mirarlo... pero no.  Y empezaba a rascarse:  primero con el pulgar,  luego con los dientes  y al final con uñas y jabón.

Cuando las rarezas rayan en locura

Espera un momento- atajó Sumire después de una pequeña pausa-. ¿Tú haces siempre el amor imaginándote un pepino dentro de la nevera una tarde de verano? No siempre. (Sputnik, mi amor)

Chica triste nivel I

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Creo que sería una buena protagonista. Una buena chica tristes de ésas. Tengo la melena revuelta, la mirada huérfana y ardiendo. Soy capaz de apostar por necedades, si estoy convencida, hasta el final. Llevo pintalabios en el bolso por si hay que hacer frente a alguna frase importante. Y son como que no. Como si me hubieran mordido los labios. Ya sabéis... de esa forma que te hace parecer dura e interesante. Y que trae por un camino de perdición a los chicos atormentados a los que sus madres no abrazaban cuando eran pequeños... y están deseando escuchar cuentos de la boca de cualquiera que les vaya a hacer daño. Pesaría 10kg menos. Porque a las chicas tristes les pega más ser un saco de huesos. Y no sonreiría nunca. Esto sería lo más difícil en realidad. Creo que enfermaría si no me dejaran sonreír. Además, sería una estupidez. Algun@s son tan idiotas que piensan que una chica que sonríe no puede estar triste. Incluso ser triste. Y no es así. ¿O acaso no se puede co

Te prepararé un incendio de postre

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Poc@s son l@s que saben que un beso nunca está exento de peligro

Parece que alguien esté empujándome por detrás

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 Estoy segura de que eres de esas personas que se lo piensan todo muy bien.  'No sé. Tal vez. Quizá por eso no le gusto demasiado a la gente.'  Eso te pasa porque da la impresión de que no te importa no gustar a los demás. Y hay gente que no lo soporta. Pero a mí me gusta hablar contigo. ¡Hablas de una manera tan rara! (h. murakami)

Euro y medio

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A veces las cosas no son buenas para tod@s.  Sólo para la mayoría.  Y al otro lado... estamos l@s demás.

Cuando todavía nos dábamos besos.

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 Me sentaba en el borde de la cama.  Una cama que tiene un palmo de altura.  (Y mis palmos no son muy grandes)  A mirar mis bragas nuevas y a escucharme  (rugir) las tripas.  Por momentos, creía que me iban a escupir en la cabeza.  Pero arriba no había nadie.  Sólo esa lámpara horrible que mi madre compró  cuando todavía nos dábamos besos.

Medidas extraordinarias

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 Él no habla. No dice nada.  Y yo me alegro.  Porque si me preguntara: ¿Cuánto te gusto?  Tendría que confesar:  Como para convertir en mantequilla todos los tigres de las junglas del mundo entero.